Macaravita, "Cercado ajeno de la punta", en el lenguaje de los chibchas. Paisaje embrujador en nuestro humilde entendimiento.
El Padre Diego dirá que todo este esplendor proviene de las manos de Dios y así debe ser por la claridad del aire y la apacible soledad.
Cada esquina parece reclinada en el tiempo en beatífica ensoñación.
Desde Ilarguta, las montañas parecen meditar en las lejanías del tiempo cuando todo parecía concluir en la barbarie y el desastre.
Regresar al deslumbramiento del paisaje en Macaravita, es una experiencia del todo inolvidable.
Un encuentro con la vida y la vibración del tono pedagógico que los educadores asumen con responsabilidad y esmero.
Esta es la puerta por donde Dios se asoma a contemplar los seres y las cosas que un día creó para su entera satisfacción.
Este es el panorama que la cámara del Maestro Luis Enrique Suárez, captó con su exquisita sensibilidad.
La magia del lente se aproxima en forma dramática al Nevado del Cocuy, desafiando las distancias, desde el balcón natural de este hermoso pueblo
El aire parece inventar el pueblo sumido en la soledad apacible del paisaje, como queriendo descubrir el misterio de la vida.
Algo o alguien repiensa nuestras vidas mientras fluye el pensamiento hacia el olvido.
El Especialista Víctor Toscano, director de núcleo educativo de la provincia de García Rovira y artífice de esta aventura pedagógica que nos llevó al asombro.
En la distancia el pueblo parece recordar viejas historias de Chitareros y españoles, de iconoclastas y aventureros.
Por estos parajes deambula una historia incierta de aborígenes vestidos de humildad y cantos épicos de libertad .
Pero la historia de Pablo Burgos excede la imaginación. Su rostro endurecido por el trabajo y el sufrimiento, delata la angustia de la muerte. Sobre su dolor se eleva una estela de valor y resignación. Un dolor jamás confundido con la derrota.
Por estos caminos se va al lugar de la siega y al lugar de los martirios donde los recuerdos taladran el corazón de los macaravitenses.
La cámara juega, merced a la maestría de Luis Enrique a aproximarse a la cúpula del "Púlpito del Diablo" del nevado.
Vuela sobre las cimas de las montañas y se refugia en esa soledad de piedras y arrecifes.
"Mi corazón no soporta tanta belleza", exclama el Maestro Luis Enrique, mientras a lo lejos el paisaje le sugiere, esculturas, pinturas para su estudio de artes visuales.
La aventura de la vida nos planta como árboles en medio del paisaje.
Algo se queda para siempre en el alma en esos lugares que no queremos olvidar.
Algo como el vestigio del ayer o la algarabía de los caminos entre cantos de toches y turpiales.
A las orillas de la laguna de "Llano Grande", El profesor Víctor rememora la grandeza de esta tierra.
Ante lo Inevitable, el maestro Luis Enrique perdura y juega con el asombro del paisaje, con su voz plena de matices y lejanos sentimientos.
Mi madre, Rosa Atilia Rivero, entre tanto, vuelve la mirada con aire de nostalgia hacia el pasado. Como si quisiera arrebatarle a los años los artilugios de otros tiempos.
El maestro Luis Enrique, se despoja de la cámara y abraza a los niños de "LLano Grande", entre otros al representante de los Wua.
En tanto la vida nos devuelve el sofisma de la eternidad.
Nos aproxima a la perpetuidad de esas cosas que no debemos olvidar: la familia, el respeto... el amor.
Y esa sensación de revivir los logros de la infancia en los ojos de los niños. En "LLano Grande", la rectora, especialista María de los Ángeles Vásquez, prodiga su ternura a los estudiantes, mientras afuera, los pájaros cantan y las ardillas juegan en las ramas de los árboles.
La gran experiencia del Director de Núcleo Educativo Víctor Toscano, lo lleva a recalcar las virtudes que afianzan la vida de los seres humanos: la constancia, el trabajo, el estudio y el esfuerzo. Su vida ejemplar así lo predica.
Aunque el sendero sea difícil se debe persistir. Cuando estén peor las cosas, más debemos insistir, parece repetir su discurso pleno de sabiduría.
Entre tanto el pueblo recordará sus pasos cuando compartió con Don Crisanto Quirós, un patricio de respetable personalidad, la tarea administrativa del municipio.
El parque testigo en otros tiempos de reyertas y bailes típicos al son de la tambora y la guacharaca.
El parque desde donde es posible contemplar, entre montañas el esplendor del nevado.
Donde tal vez vez la virtud sea y la verdad sea.
Y más allá de la imaginación alguien nos recuerde la grandeza de este pueblo
Acaso las apariciones de Segundo Castellanos, cuando iba a encender el motor de la luz del pueblo, nos recuerden que también vivimos en las páginas de sus leyendas.
Y en el fervor de los días añoremos las flores del pasado.
En el banquete de la vida todos estamos invitados. La palabra nos honra y el conocimiento nos libera, así lo atestigua el científico Edbertho Leal Quiros
En el templo del recuerdo todo es permitido: las lágrimas, la risa y... .a tristeza.
Las aguas del olvido, se llevarán los seres y las cosas para nunca regresar, pero la grandeza de este pueblo, no morirá jamás.
Este recorrido pedagógico, nos llenó de asombros, de nombres, de paisajes, de historias.
En estos caminos sembrados de esperanza, el discurso de La Rectora Especialista María de los Ángeles Vásquez Villamil, del Director de Núcleo especialista Víctor Toscano, de Jasús, el camarógrafo de Arcoma Tv. de Málaga, y del Gran Artista Luis Enrique, viajó al corazón de los estudiantes del Colegio Juán XXIII, con la contundencia del amor y la fraternidad.
Algo que en la penumbra del pensamiento jamás se olvidará, porque los docentes de Macaravita despejan a diario las incógnitas del destino y asumen con fervor el honor de enseñar.