martes, 14 de enero de 2014

EL JINETE DEL RELÁMPAGO








EL JINETE DEL RELÁMPAGO
 Por: Alonso Quintín

Antonio Gayón,
obsesivo contador de historias,
veía pasar los caballos del silencio
sobre los párpados cerrados de la noche.
Antonio Gayón salió.
 Las sombras invadieron el pueblo.
Martina, le sirvió la última copa,
después se fue tanteando los cimientos,
por el camino de “La Palma”,
entre tonada y tonada,
al filo de una luna
que también se había marchado.


Oscuridad. Quietud. Vibración de grillos.
Chispas de cascos en las piedras…
jinete en el caballo negro de la noche.
Sin saber si era mentira a verdad aquel jumento,
siguió tarareando una inútil canción.
El frío cortaba la piel como un cuchillo.
De los rescoldos de la noche, brotó un relincho,
y un caballo de fuego,
pero a él le pareció un brioso corcel,
de enjaezadas riendas.

La noche se iluminó con un relámpago….
después todo quedó tinieblas.
-      ¡Antonio Gayón, suba al caballo!
o el que viene detrás lo acabará.
Sin saber cómo, resultó en ancas
y al instante en el patio de su propia casa.

Tres relinchos, trece vueltas,
Y al empedrado rodó el buen hombre….
jinete y alazán se los tragó la noche.
Antonio Gayón se despertó aturdido.

Vio el sol abrazador sobre el nevado;
percibió un cierto olor a azufre,
el pantalón y la ruana chamuscados
como si el tizón de la noche
le hubiera prendido fuego a sus ropajes.
Por un instante le pareció ver
la silueta del hombre del caballo
 arriba en la cuchilla
en el alto de los rayos.

El contador de historias se perdió
en la luz del amanecer de aquel 18 de enero
de 1952.








2 comentarios:

  1. Las historias de mi pueblo tienen la esencia de lo nuestro para aproximarnos a lo que fue y ya no es. Antonio Gayón fue un hombre legendario digno de recordar. De mirada apacible y de estatura baja, siempre dio muestras de dignidad y valentía. El adivinaba los augurios de la noche.

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  2. Felicitaciones a ser extraordinario llamado Alonso Quintín: Magnífico poeta y gestor cultural, quien ve en el arte y sobre todo en las letras la forma más clara de hacer saludable a un país, a un departamento, a un municipio. Santander se siente orgulloso de tenerlo como su hijo querido.


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