jueves, 16 de enero de 2014

POR EL ALTO DE OVEJERAS






POR EL ALTO DE OVEJERAS

Arañando la montaña trepa el bus, de Ignacio;
a veces  se queja, humea, rechina,
asciende por el alto de Ovejeras,
se pierde el color, una ave pareciera,
vadeando las laderas del sol.
En  el fulgente día avanza impecable,  perfecto,
precavido, desdeñoso y truhan,
quejido  de lata y de  motor por terrenos de Buraga.
“Hoy perdemos, mañana ganamos” dice Fortunata
libra de sal aquí, panela allá
todo es vender el mercado en carretera;

compradores ebrios de tabaco y trementina,
se desvanecen entre ayuelos y guayabos.

Nunca se sabrá si eran cantos invisibles
de un campamento abandonado,
desvarío de la tarde
por hilos invisibles
prestados a la noche,
el alto de Ovejeras trae esa confusión.





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